El municipio de Paraíso, en Tabasco, enfrenta una grave crisis ambiental tras una fuga de hidrocarburo proveniente de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) que conecta la plataforma Akal-C con la Terminal Marítima de Dos Bocas. El incidente ha contaminado aproximadamente 7 kilómetros de playa, según reconoció la propia paraestatal
La fuga, detectada el 3 de mayo por pescadores locales, provocó el cierre de al menos cinco playas, incluida Playa Sol, y la activación de la bandera negra, que prohíbe el ingreso al mar por condiciones peligrosas. Las autoridades ambientales y de protección civil implementaron medidas de emergencia para contener y limpiar el derrame.
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el derrame fue de aproximadamente 300 barriles de hidrocarburo y atribuyó el incidente a una fractura en un ducto de los años setenta. Pemex informó que las fugas han sido selladas y que el ducto está en proceso de reactivación
La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) han iniciado investigaciones para determinar las causas del derrame y supervisar las acciones de remediación. El Gobierno de Tabasco presentó una denuncia formal contra Pemex por los daños ocasionados.
El derrame ha tenido un impacto significativo en la economía local, afectando a más de 500 pescadores que han tenido que suspender sus actividades, así como al sector turístico de la región. Las imágenes compartidas por residentes muestran aves cubiertas de petróleo y manglares contaminados, evidenciando la magnitud del desastre ambiental.
Este incidente se suma a otro derrame ocurrido en marzo en la misma plataforma Akal-C, lo que ha generado preocupación entre organizaciones civiles y ambientalistas sobre la seguridad de las instalaciones petroleras en la región.
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