A seis años del ataque al bar Madame; ni detenidos ni justicia
Fue un 22 de mayo de 2016 cuando se escribió uno de los episodios más sangrientos en la historia moderna de Xalapa. Un comando armado ingresó al bar Madame, entonces ubicado sobre la avenida Lázaro Cárdenas, disparando en contra de todos los presentes.
El centro nocturno se caracterizaba por ser un espacio para las personas de la comunidad LGBT+ en la capital; al momento de los hechos, testigos narran que había al menos 200 personas en el sitio.
Diversos reportes en medios de comunicación contabilizan hasta la fecha al menos 10 personas que perdieron la vida esa noche; en otros se habla solamente de cinco y hasta de siete, ya sea en el bar o en diversos hospitales a causa de las heridas provocadas por armas largas.
Días después un hecho parecido sacudiría a la comunidad LGBT+ a nivel mundial, cuando en el club Pulse de Orlando, en los Estados Unidos, un ataque dejara un saldo de 49 personas muertas, tragedia que mediáticamente opacó lo ocurrido en Xalapa.
La versión oficial alude a un conflicto por la venta de drogas al interior del lugar por parte de grupos rivales, lo que ha sido rechazado categóricamente por organizaciones y colectivos, quienes afirman que en Madame jamás se negociaron estupefacientes.
Pocos días después el entonces fiscal estatal, Luis Ángel Bravo Contreras, informaba sobre la detención de dos personas relacionadas con los hechos: el empresario Aurelio ‘N’, quien fue liberado a los pocos meses al encontrarse irregularidades en la carpeta de investigación, y un joven de nombre Gabriel ‘N’, quien fue liberado en 2018 tras comprobarse que no se encontraba en la ciudad al momento de los hechos.
Lo cierto es que a la fecha aún hay muchas dudas sobre el verdadero motivo del ataque; aunque se ha tocado un posible crimen de odio, también es cierto que diversos testigos –sobre todo los que estaban relacionados a los administradores del sitio- afirman que nunca se tomó muy en serio la intervención del crimen organizado y el cobro del llamado ‘derecho de piso’ como un móvil,
El tiempo sigue pasando. El local donde antes acudían a divertirse cientos de personas cada semana ahora es ocupado como estacionamiento para camiones del transporte público, y de las investigaciones no se ha informado si hay nuevos avances.