Sabios consejos de antaño




Cuando no existían escuelas de negocios, las enseñanzas básicas de una buena administración se transmitían a base de frases emanadas de la sabiduría popular.

Recuerdo dos que siguen vigentes: “Nunca te pelees con tus clientes” y “El cliente siempre tiene la razón”. Cuántas empresas quebraron por no cumplir con estos sencillos preceptos.

Menciono lo anterior, porque resultan preocupantes las declaraciones que salen desde la conferencia mañanera, donde se critica a nuestro mejor cliente: Los Estados Unidos. Basta y sobra con que ese cliente y vecino se enoje y deje de comprarnos, para que nuestra economía se colapse en cuestión de semanas. ¿No podrán entender esto nuestros gobernantes?

¿Cuántas naciones quisieran tener de vecino a la hasta ahora economía más poderosa del mundo para mantener un intercambio comercial ágil y seguro?.

Hay en esta administración una marcada tendencia a apapachar a las dictaduras socialistas y a criticar con severidad al vecino del Norte. 

Se le exige a éste que deje pasar libremente a los indocumentados, pero no se les dice nada a los gobiernos latinoamericanos, quienes por sus malas políticas públicas, su elevada corrupción y su falta de visión; acaban expulsando a sus compatriotas de su propio país, al no generar las oportunidades necesarias para que ahí permanezcan.

¿Si USA ha logrado un progreso envidiable gracias a las libertades de que gozan sus ciudadanos, a la libre competencia y al respeto a la Ley; por qué no adoptan ese mismo sistema los gobiernos hispanoamericanos, en lugar de andar coqueteando con un sistema obsoleto, cruel e injusto, como lo es el comunista?

Desde luego, no hay existe un sistema  político perfecto. Pero cuando el hambre y la necesidad apremian, todo el mundo quiere irse a trabajar a USA para conseguir allá la oportunidad que en su país no encuentra.

Hasta ahora no conozco casos de personas que quieran emigrar a Cuba,  Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte. Por algo será.

Curiosamente muchos de los auto-proclamados izquierdistas mexicanos, no van a vacacionar  a los “paraísos” socialistas que tanto elogian, sino a los Estados Unidos.  Hay un controvertido legislador populista que conduce una camioneta SUV de 1.5 millones de pesos y vacaciona seguido en Las Vegas, Nevada. Eso sí, él se desgarra las vestiduras por los pobres y recibe con abrazos al embajador ruso en México.

Viven esas personas muy bien aquí, gracias al  rollo populista que pregonan, pero algunos tienen sus departamentos y casas del otro lado del Río Bravo.  Incongruencia total.

Hace tan solo 300 años los ahora Estados Unidos eran una nación pobre y los países latinoamericanos relativamente ricos. En varios de estos últimos hubo universidades e imprenta antes que en Norteamérica. Con el paso del tiempo, los papeles se invirtieron. 

En Latinoamérica, salvo excepciones, gobernaron los caudillos, predominaron los monopolios y las ocurrencias. Las libertades se restringieron. La falta de un verdadero estado de derecho basado en reglas claras y Leyes justas, limitaron nuestro desarrollo.

Por eso resulta más fácil culpar de todo a los gringos, cuando la responsabilidad de nuestra pobreza es enteramente nuestra. 

En USA al que triunfa se le admira y se le quiere imitar. Aquí al que logra hacer algo en la vida, gracias a su esfuerzo, trabajo, ahorro, privaciones y tenacidad para vencer los obstáculos normales de cualquier negocio, así como también los múltiples escollos burocráticos inventados por quienes jamás han producido nada útil en la vida; lo tachan de conservador, aspiracionista, neoliberal, explotador, fifí y otros peores.

Se les olvida a nuestros gobernantes que ellos mismos cobran su sueldo de los recursos que aportamos quienes pagamos impuestos. También  desconocen  quienes viven de la dádiva clientelar que los llamados apoyos que reciben no salen de la nada y menos de los bolsillos de los políticos, sino  de quienes pagamos impuestos. Sin empresarios no hay empresas. Sin empresas no hay trabajadores.

Si la economía mexicana se arruina, ¿de dónde sacarán los políticos el dinero que necesitan para pagar tanto gasto?.

Si nuestra economía colapsa por el divisionismo que diariamente nos inculcan desde arriba, por la falta de certeza jurídica y sobre todo por pelearnos con nuestros principales clientes, nos pasará lo mismo que sucede en el juego de escaleras y serpientes:  Volveremos a caer para tardar muchos años en recuperar lo perdido. ¡Cuidado con los pleitos y las ocurrencias!

¿No les parece a Ustedes?

 Muchas gracias y buen fin de semana.



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