Protección de la capa de ozono




Bajo el lema “Para mantenernos frescos a nosotros, a nuestros alimentos y vacunas”, se conmemora “El Día Mundial para la Protección de la Capa de Ozono”, el cual constituye uno de los eventos más importantes para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se celebra cada 16 de septiembre, día en que se firmó el Protocolo de Montreal relativo a la eliminación de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO).

El objetivo principal del Protocolo de Montreal es la protección de la capa de ozono mediante la toma de medidas para controlar la producción total mundial y el consumo de sustancias que la agotan, con el objetivo final de eliminarlas; Más de 100 sustancias químicas nocivas se empezaron a controlar para ir eliminando su producción y consumo, por lo que  este ha sido el acuerdo internacional más exitoso hasta la fecha, ya que todos los calendarios para la eliminación de estas sustancias se han cumplido, incluso antes de lo previsto en muchos casos.

En este año se destaca, además del papel del Protocolo de Montreal, la evidencia de los esfuerzos de todas las partes contratantes, para frenar el cambio climático y ayudar a impulsar la eficiencia energética en el sector de la refrigeración, que contribuye a la seguridad alimentaria.

Combatir el cambio climático, es uno de los desafíos que enfrenta hoy la humanidad. Por eso se le otorgó la potestad al Protocolo de Montreal para responsabilizarse también de todas las sustancias que afectan al cambio climático, relacionadas con los gases refrigerantes, las espumas, los aerosoles, del sector de la refrigeración y el aire acondicionado.

En respuesta a esa problemática se firmó una nueva Enmienda al Protocolo de Montreal, denominada De Kigali, suscrita en esa ciudad, capital de Ruanda. Para reducir el consumo y producción de hidrofluorocarbonos (HFC), potentes gases de efecto invernadero, promoviendo el uso de alternativas con bajo potencial de calentamiento global. La Enmienda de Kigali entró en vigor el 1 de enero de 2019.

Las nuevas alternativas que reemplazan a los HFC ofrecen una oportunidad para rediseñar el aire acondicionado y la refrigeración en usar menos energía, lo que permitirá ampliar la eficiencia en este sector y la cadena de frío sin aumentar los impactos climáticos.

La combinación de la reducción de consumo de los HFC y la mejora de la eficiencia de la cadena de fío, en particular en las economías en desarrollo, también combatirá la pérdida de alimentos, al desarrollar soluciones más eficientes, más amigables con el clima y más baratas de comprar y operar.

Este esfuerzo mundial para eliminar las sustancias que agotan la Capa de Ozono ha contribuido a que hoy en día se esté recuperando, protegiendo a su vez la salud humana, las economías y los ecosistemas.

#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.



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