Pensiones y clientelismo electoral




El problema de las pensiones se ha convertido en una bomba de tiempo para muchas naciones que deben desactivarla con oportunidad, sensatez, estudios actuariales y sobre todo sin demagogia ni oportunismo electoral.

Esto lo comento, porque mientras en otros países se incrementa la edad de jubilación, ya que cada vez les resulta más complicado  sostener a un mayor número de jubilados con las aportaciones de cada vez menos gente laborando; en México  se hacen las cosas exactamente al revés y se llega al extremo de pretender disminuir el número de semanas cotizadas para quienes desean pensionarse, en lugar de aumentarlas para obligar a todos a trabajar más años y evitar la quiebra de las finanzas públicas.

Antes, a una persona de más de 50 años se le consideraba no apto para trabajar, porque la mayor parte de las labores  requerían de su esfuerzo físico.

Ahora, que han aumentado las expectativas de vida y una buena parte del trabajo que se realiza es de tipo intelectual ó incluso físico, pero apoyado por máquinas que facilitan las tareas, es viable suponer que personas de 60 años e incluso mayores, estén aún en condiciones de realizar con moderación algún tipo de trabajo, lo que las hace sentirse independientes, productivas y  útiles. 

Desafortunadamente hay quienes nacen cansados y es tanta su pereza que sueñan con pensionarse a edades tempranas para vivir a costa de los demás. 

Ningún país puede salir adelante si cada vez tiene más gente cobrando sin dar golpe y menos gente produciendo.

Además aquí, para conseguir votos le dan pensiones a quienes jamás cotizaron lo que aumenta el déficit público.

Hay que aclarar que no hay cobija para tanta gente.

No hay país alguno que aguante tan nefasta política sin irse a la ruina.

Cuando se estableció en México el sistema de pensiones, nadie pensó en que las expectativas de vida de la población aumentarían. Antes, una persona se jubilaba y al poco tiempo fallecía. Ahora, hay quienes se jubilan a los 50 años y viven hasta los 78 años en promedio. Mantener a alguien 28 años sin dar golpe es  demoledor para las finanzas públicas.

Si quieren corregir el gigantesco déficit del sistema de pensiones, que empiecen por aumentar la edad de retiro, que se le restrinjan las pensiones a la  burocracia dorada que recibe pensiones muy superiores a las obtenidas por cualquier ciudadano común y corriente. También, que se incrementen las cuotas que debemos aportar todos: gobierno,  trabajadores y  empresarios, para que juntos ayudemos a nivelar las finanzas y reciban a su tiempo los jubilados pensiones decorosas.

También deberá incrementarse la vigilancia sobre las instituciones que manejan los fondos de retiro para que  nadie les meta mano y se los robe como pasó en el IPE.

Como el implementar esta solución tendría un alto costo político y el año próximo hay elecciones, a alguien se le ocurrió la brillantísima idea de que para paliar un poco el problema se obligue a los patrones a aumentar su aportación  del 5%  al 14%, lo que encarecerá el empleo formal, estimulará la informalidad, provocará desempleo, después inflación y a lo último otra  devaluación.

Para  lograr su propósito convencieron el presidente del Consejo Coordinador Empresarial para que fuera  de “queda-bién” a firmar sin consultar a las bases semejante acuerdo, que resultó lesivo para todos, en momentos en que la crisis económica derivada de una mala conducción del país y del mal manejo de la epidemia ha hecho que muchas empresas estén cerrando y otras despidiendo gente para reducir sus costos tratando de sobrevivir.

La idea equivocada de muchos políticos que ofrecen bienestar y progreso a la gente para obtener su voto, diciéndole que pueden  vivir y cobrar sin trabajar, solo funciona en los cuentos de hadas, no en el mundo real.

Los países cuyos habitantes tienen un mejor nivel de vida, son aquéllos donde su gente tuvo  que trabajar durante años con mucho esfuerzo y sufrimiento para levantarlos de las ruinas, como pasó con Alemania y Japón.

Aquí los políticos le hacen creer al pueblo bueno y sabio que primero se cosecha y  después se siembra, lo cual es imposible.

Así no señores. Así no iremos a ningún lado, salvo al precipicio.

No les parece a Ustedes?.

Muchas gracias y buen fin de semana.



Más columnas

Francisco J. Ávila Camberos

Al cuarto para las doce

Columna: Al cuarto para las doce


Raúl López Gómez

Cosmovisión: Rocío Nahle: la entrevista

Columna: Cosmovisión: Rocío Nahle: la entrevista


Cafe de mañana: la última y nos vamos

Columna: Cafe de mañana: la última y nos vamos


Enrique Haro Belchez

Agenda ambiental: PLANETA vs PLÁSTICOS

Columna: Agenda ambiental: PLANETA vs PLÁSTICOS

×