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Marlon Ramírez, el PRI y los traidores

Columna: Hora cero



“Los que han traicionado al PRI, se van”, dijo categórico el dirigente estatal del tricolor en Veracruz, Marlon Ramírez, quien parece ignorar que su partido tiene anemia; y que lejos de ahuyentar a lo poco que le queda, debería intentar recuperar a los muchos cuadros que han buscado mejores rumbos en otras fuerzas políticas.

Durante la sesión plenaria de la Asamblea Estatal priista, este sábado, el diputado local señaló que el PRI volverá a gobernar.

Qué bueno que no dijo cuándo, porque a los militantes de más de 60 años les desalentaría pensar que probablemente no verán más a su partido en la presidencia o en la gubernatura, sino sólo en espacios menores, regidurías, alcaldías y algunas diputaciones.

Envalentonado, Ramírez Marín sentenció “aquellos que nos han traicionado y han dedicado la vida a traicionar al PRI, que se vayan a la calle, para que hagamos valer la militancia; ya basta de que nos traicionen afuera, y que tengamos que asumir las consecuencias de las malas conductas de gente que no nos representa”.

El problema que enfrenta el PRI tiene que ver con la desbandada de militantes; es un fenómeno que en Veracruz se ha reflejado desde hace al menos una década; en 2016, un sector importante del priismo veracruzano se arrojó a los brazos de Miguel Ángel Yunes, quien llegó a la gubernatura bajo las siglas del PAN y del PRD, y con el apoyo de grupos priistas que dieron la espalda a su candidato, Héctor Yunes Landa.

Dos años después, en 2018, con la ola morenista provocada por el fenómeno de López Obrador, no fueron pocos los priistas que abandonaron su barco para sumarse al nuevo partido; el resultado fue la victoria de Morena y el hundimiento del tricolor, que se fue al tercer lugar en el proceso por la gubernatura.

A eso se suma que en la elección de 2021, importantes cuadros que antes se identificaban con el Revolucionario Institucional se sumaron al PVEM, para desde ahí vincularse a Morena.

Por si fuera poco, a partir del PRI se fundaron al menos dos nuevos partidos locales en la entidad: “Todos por Veracruz” y “Podemos”, que no pudieron conservar el registro, pero que provocaron un enorme daño colateral al tricolor.

La historia reciente del priismo veracruzano y nacional es un rosario de traiciones y deslealtades; los grupos se acomodan de acuerdo a su conveniencia; y a Marlon Ramírez no deberían extrañarle todas las felonías que se viven al interior del partido. Cerrar la puerta a quienes han buscado mejores horizontes en otras fuerzas políticas sería un suicidio, por lo que se observa poco probable que ocurra; ¿o piensa el actual dirigente estatal que el CEN avalaría las expulsiones?

En síntesis, como discurso para endulzar el oído del priismo más recalcitrante, el mensaje contra los traidores pasa; pero como proyecto de acción para las dirigencias del partido, es poco pragmático y les condenaría a la mediocridad y al decremento electoral.

Por cierto, entre algunos asistentes a la reunión priista del sábado hubo rostros de mofa, sonrisas mientras Marlon Ramírez lanzaba su perorata sobre los traidores, como preguntando ¿no se mordió la lengua?

@luisromero85


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