Las mentiras de la oposición sobre el presupuesto

La propuesta alterna de presupuesto que el PAN, PRI y PRD presentaron en la Cámara de Diputados se resume en dos puntos: 1) echar abajo los proyectos de inversión más importantes de este gobierno; y 2) revivir una serie de programas que fueron eliminados por sus nulos resultados o reconvertidos e integrados por el gobierno de la Cuarta Transformación en auténticos programas estratégicos para impulsar el desarrollo nacional.

Pretendían reducir 60 mil 817.5 millones al Tren Maya, la Refinería Dos Bocas, el Corredor Transístmico y el Aeropuerto de Santa Lucía, lo que hubiera provocado el retraso en la culminación de dichas obras y que se pospusieran para el próximo sexenio, o que nunca se llegaran a concluir, como fue la costumbre de los gobiernos anteriores; basta señalar como ejemplos, la refinería de Tula, en Hidalgo, de la que sólo se puso la primera piedra; los 326 hospitales que se quedaron como cascarón, inconclusos; o el Tren Interurbano México-Toluca que se inició desde 2014, sin que a la fecha se haya concluido por los múltiples problemas  que se heredaron.

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Además, reducían el gasto de operación del gobierno federal, de Pemex y de la CFE en 107 mil 312 millones de pesos, disminuyendo así la capacidad operativa para la reconversión de las empresas del Estado.

De igual manera proponían reducir los montos del programa Sembrando Vida y de los Servidores de la Nación, impactando, por un lado, un programa vital para apoyar al campo mexicano y combatir los efectos del cambio climático y, por el otro, la operación de todos los programas sociales que está impulsando el actual gobierno.

Asimismo, se pretendía negar otras inversiones como los montos para el desarrollo de trenes de carga por 5,924.4 millones de pesos.

En resumen, se trataba de detener una parte fundamental del actual Plan de Desarrollo 2019-2024 y, en cambio, querían revivir programas ya superados que demostraron su inoperancia, su falta de coherencia con los objetivos de desarrrollo, o de plano fueron usados para desperdigar fondos sin ningún otro propósito que la desviación de recursos.

El presupuesto alterno que proponía la oposición pretendía una dispersión de recursos, como se hacía en el antaño neoliberal, que no impactara en el desarrollo social ni en el económico, que sólo constituyera una respuesta demagógica a diversas problemáticas que subsisten en la sociedad, pero que no podrán ser superadas si no es con base en una estrategia integral de desarrollo.

Por el contrario, el presupuesto aprobado por la mayoría de Morena, con los votos del PT y del PV, presenta objetivos equilibrados entre el desarrollo económico que requiere el país y los programas sociales que ya son derechos establecidos en la Constitución.

Además de contemplar un presupuesto para salud del orden de 199.6 mil millones de pesos, dentro del cual 129.2 mil millones serán para Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, el presupuesto 2022 incluye crecimientos muy importantes para cumplir con los derechos sociales ya mencionados, como se muestra en el siguiente cuadro:

PROGRAMAS SOCIALES: Pensión Adultos Mayores: 238,014.70; personas con discapacidad: 18,037.50; Jóvenes Construyendo el Futuro: 21,196.60; Sembrando Vida: 29,446.90; Becas Benito Juárez: 82,628.20: La Escuela es Nuestra: 13,964.30. Subtotal: 403,288.20.

Es decir, más de 400 mil millones de pesos a programas que justamente tienden a disminuir las brechas de desigualdad que se heredaron de los gobiernos neoliberales.

La propuesta Alterna de presupuesto que presentó la oposición constituye una visión reducida de los grandes problemas nacionales, juega con los intereses y necesidades de la gente con problemáticas específicas y carece de rigor metodológico y conocimiento de la estructura presupuestal, pues nunca justificaron ni los montos a reducir ni los recursos que se aumentarían a determinados programas.

marco.a.medinaperez@gmail.com