La buena suerte de un presidente

Para dedicarse a la política se requiere tener mucha suerte y ahora que se cumplieron los dos años del triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador le llegan la resolución de los casos más importantes que anunciara durante su campaña, la realidad del caso de la muerte de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa y la extradición de Emilio Lozoya exdirector de Pemex.

Como remate de la buena fortuna del activista social toluqueño se inició en esa misma fecha la reanudación del tratado comercial con los Estados Unidos y Canadá.

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Le resultó extraño al embajador norteamericano Christopher Landau las críticas de algunos despistados por este encuentro en Washington ya que es algo muy natural entre dos naciones vecinas se reúnan sobre todo cuando ambos gobiernos trabajaron muy duro para alcanzar este punto y siempre hay que celebrar estos logros. El diplomático estadunidense debería conocer a los mexicanos de oposición que nada les gusta.

Todos estos hechos concurren con el inicio del proceso electoral de las elecciones intermedias que en caso de concretarse los triunfos de las quince gubernaturas y la mayoría en la cámara de diputados federales no habrá quien  pare la cuarta transformación de México.

En el primer caso de la demolición de la verdad histórica de Ayotzinapa concurren dos eventos, la huida al extranjero del súper policía de Peña Nieto, Tomás Zerón exdirector de la  Agencia de Investigación Criminal de la desaparecida PGR quien a base de torturas y falsos testigos creó escenarios para disfrazar la ejecución de estos jóvenes y ahora la captura del líder de Guerreros Unidos, José Ángel Casarrubias Salgado alias El Mochomo, autor material de estos lamentables hechos a estudiantes del estado de Guerrero.

La extradición de Emilio Lozoya Austin viene a la Fiscalía de la República a soltar la sopa que involucra a los más altos funcionarios de la pasada administración federal priísta al expresidente Enrique Peña Nieto y al exsecretario de Hacienda Luis Videgaray, quien fuera  la mano derecha del mandatario. Saldrán a la luz pública los casos de Odebrecht que a metido a la cárcel a presidentes de otros países y el negocio millonario de la planta de Agro Nitrogenados en Coatzacoalcos.

Lo que ocurra más adelante dejará sin banderas políticas a los partidos de oposición, aunado a la reunión el próximo día ocho con el presidente de los Estados Unidos Donald Trump para acelerar la recuperación de la economía nacional. Nadie podía pensar que todo se uniera para celebrar dignamente la victoria electoral de hace dos años y el berrinche de los amargados que pensaban disfrutar una derrota para los planes futuro del jefe de la Nación. El prolongado ayuno de embutes y moches crea serios problemas mentales.

Dos años donde se hacen más patentes los cambios y sigue vigente con mayor fuerza su socorrida frase de campaña: Por el bien de México, primero los pobres.