Incierto regreso a clases presencial. ¿Para qué?




Hace casi un año que se hablaba del posible regreso a clases a las aulas, incluso en el mes de junio del año pasado, se especulaba sobre el retorno a las aulas en el siguiente mes de agosto, es decir al iniciar el ciclo 2020-2021, pero todo ha sido solo buenos deseos, pues el peso de la pandemia es mayor y por supuesto que tanto población estudiantil como la sociedad misma en general corren grave riesgo de ver recrudecidos los efectos de la misma.

Por ello, los postergados anuncios y frecuentes incluso, de que ya se podría volver a las clases presenciales no tienen razón. Incluso se habría dicho y hasta se transmitieron imágenes de un regreso en municipios aislados en escuelas con muy poca matrícula, apenas 10 o 15 niños, en estados como San Luis Potosí y Campeche.

Pero la realidad es que hay un miedo natural y generalizado, y es mejor que no se retornara a las escuelas en todos los niveles, educación básica, media y superior, hasta en tanto no se tenga un mayor número de vacunados.

El gobierno federal estima que en el mes de junio habrá conseguido la meta de aplicación de dosis en por lo menos 50 millones de habitantes, es decir casi poco más del 40 por ciento de la población. Eso suena un poco alentador y sienta las bases para que las autoridades estén planeando en un retorno más seguro a clases.

El portal especializado Mextudia revelaba precisamente en junio del 2020 una estrategia de regreso a clases en forma escalonada desde las últimas semanas de junio y hasta septiembre del año pasado, dependiendo el semáforo epidemiológico en el que se ubicara cada entidad, y la permanencia de la baja en los casos, lo cual no sucedió.

El estado de Tamaulipas por ejemplo, mantenía la siguiente premisa: “No vuelve a clases, el ciclo escolar concluirá en modalidad en línea, el próximo ciclo inicia el 24 de agosto, se espera regresar en modalidad presencial”.

En Zacatecas señalaban: “No vuelve a clases, este ciclo escolar concluirá en la modalidad a distancia, se evalúa el regreso a clases presenciales en agosto”.

En Veracruz: “Se descarta el regreso a clases presenciales mientras la contingencia continúa”.

Recientemente o sea 11 meses después en el caso del estado de Veracruz,  y a pesar de que se encontraba entre los cinco estados que tenían la mayor probabilidad de regresar a las aulas, la secretaría de Salud estaba descartando esta acción pues no había las condiciones a pesar de que la entidad se ha mantenido a la baja durante cuatro semanas y conserva el semáforo en color verde.

Este miércoles la Organización Panamericana de la Salud, OPS, lanzó un llamado y recomendó no vacunar contra el coronavirus (COVID-19) a adolescentes y niños, ya que aún no concluyen estudios científicos sobre eficacia y seguridad en este sector, además de que no son grupo prioritario en este momento.

Esto sin duda que se antepone a la sugerencia de que ya se vuelva  a la escuela. Pero mientras no estén vacunadas la mayoría de los adultos, y no tenga México al menos el 50 o 60 por ciento de su población inmunizada, ¿cuál es la prisa?

Este ciclo escolar está por terminar, por tanto, las escuelas podrían prepararse concienzudamente para retornar el próximo mes de agosto, pues prácticamente los estudiantes se encuentran en su última etapa de preparación del presente ciclo 2020-2021 que concluye en dos meses.

MUY EN CORTO

CASO YUNES. ¿LA FGR ES CONFIABLE? Será el sereno, pero si la Fiscalía General de la República (FGR) se aplica a fondo indagando sobre la denuncia que este miércoles presentaron en contra de Miguel Ángel Yunes Márquez -y quienes resulten responsables- por presunto lavado de dinero y delincuencia organizada, según trascendió luego de una atípica denuncia contra un político de alto renombre.

Si esto es así, entonces arderá Troya en Veracruz. Si es lo contrario, será decepcionante por lo menos para el diputado y la corriente que representa.

Si la dependencia federal actúa en torno a dicha denuncia, seguramente sus voceros saldrán a decir que es un tema que forma parte de una campaña sucia por el periodo electoral -porque si en algo son expertos los miembros del Clan Yunes es en hacerse las “víctimas”-, pero hay quienes aseguran que la realidad es que la FGR tendrá mucha tela de donde cortar si decidiera investigar el origen de la cuantiosa mega fortuna que el candidato de la coalición PAN-PRI-PRD a la alcaldía de Veracruz ha acumulado en muy poco tiempo.

Lo cierto es que el diputado federal Julio Carranza revela en su denuncia que el panista Yunes Márquez tejió toda una red de complicidades para presuntamente desviar recursos destinados para la Secretaría de Salud del Estado -durante el gobierno de su señor padre-, los cuales habrían sido blanqueados con la ayuda de sus socios Ricardo Medina Hernández y Román Corrón Chávez.

Señores de la FGR, no se hagan bolas: simple y sencillamente que Miguel Yunes justifique el origen de su residencia de la Riviera Veracruzana, valuada -según algunos de sus chismosos excolaboradores- en 60 millones de pesos.

Estaríamos hablando que para “ahorrar” esa cantidad de dinero el júnior Yunes habría tenido que trabajar desde los 25 años -lo cual sería imposible de creer- y tener un salario anual de casi 3 millones de pesos.

Con esa enorme suma, siendo lastimosamente realistas, se podrían construir casi 200 viviendas para igual número de familias veracruzanas.



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