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Fervoroso, leal y dúctil




Ricardo Monreal Ávila, expriista, exgobernador de Zacatecas, su estado natal, exdiputado de matriz tricolor e inte-grante del memorable colegio electoral de 1988 que tuvo a bien –ajá—calificar la elección de Carlos Salinas de Gor-tari, el fervor democrático, la noción de lealtad y la ductilidad de espinazo le vienen de lejos. 

¿No creen?, ¡ah, la historia, esa señora metiche que en todo indaga!  Escuchad y leed pueblo noble y bueno: El jueves 8 de septiembre de 1988, en la víspera de la calificación de la elección presidencial, el diputado priista (he-cho, no adjetivo) Ricardo Monreal Ávila, se dirige al Señor presidente (de la cámara de diputados y pide); “señores diputados: venimos a proponer, con fundamento en el artículo 58 del Reglamento Interior del Congreso, que en el curso del análisis y debate sobre la calificación de la elección presidencial, las galerías permanezcan cerradas”.

La respuesta, ácida, para que más que la verdad, la dio María Teresa Ortuño Gurza, legisladora de Acción Nacional. (…)”me apunté en contra de esta proposición a pesar de que es de lo más congruente con la fracción priista aquí presente, tenía que provenir del partido oficial esta proposición, porque así se hacen los atracos y los shows en la noche, a escondidas y a espaldas del pueblo. Griten, yo no los he ofendido nunca. Ahora bien, ¿a qué le temen?, ¿por qué pretenden que las sesiones sean en secreto?; quiero referirme a lo que acaba de decir el señor presidente de la Cámara en este mes; dijo que lo que se va a tratar aquí es de interés para todo el pueblo. ¿Me va a desmentir señor presidente?, lo dijo usted, dijo que era de importancia nacional no sólo para los que estaban aquí, sino para todo el pueblo, ¿es cierto que lo dijo o no señor presidente? Ahora bien, nosotros nos oponemos a que se cierren las galerías, lo que ustedes llaman las guarderías, precisamente porque lo que aquí ocurre debe ser presenciado ya sea para la vergüenza de ustedes o para su honor, si van a calificarlo bien o mal; si van a hacer las cosas bien y en conciencia pues que lo presencien todas las personas que lo deseen, Bien, cuando nosotros insistimos en que se abran las galerías es porque sabemos que hay mucha gente interesada en esto, muchas más de las que van a caber en estos asientos que están por aquí, pero al menos que haya quienes puedan dar testimonio, sin ser diputados o sin ser medios de la prensa, de lo que aquí ocurre; de las faltas de respeto constantes a los mismos ciudadanos, ya no digo diputados, a los de la prensa, a los empleados, a toda la gente que ocurre con lo que aquí se va a calificar. Entonces ya sabemos, porque no somos ingenuos, qué es lo que ustedes pretenden realizar. Si no tienen sentimien-tos de culpa, abran las galerías; si los tienen, califíquense con la actitud que van a tomar”.

Luego de la respuesta de la entonces diputada Ortuño Gurza, un diputado más (Álvaro Uribe Salas) se rasgó la ves-tiduras y aludió a hechos tales como “mediante el escándalo, la injuria y hasta la agresión personal, tratan de orientar decisiones o protestando; y esto es exclusividad de nosotros los representantes populares”, (las decisiones, no las protestas, se entiende bien) en alusión al dictamen que habría de votarse a efecto de declarar presidente electo en 1988. 

De sobra está decir que luego de su profunda intervención, Ricardo Monreal Ávila se perdió en el farrago de las horas y las suspensiones de la sesión para llamar al orden por la presidencia de la Cámara.

Ah que don Ricardo, Senador por MoReNa (otro hecho, nunca un adjetivo), tan demócrata, tan leal a (unos y a otros) y tan dúctil de espalda como ágil de manos para escribir (ser Senador debe ser un empleo ligero), un texto sobre cosas que seguramente le molestan: Sanciones, nulidades, órganos constitucionales, porque se escribe, ya se sabe, para combatir la incómoda realidad. ¡Ahreee!  

veracruz1230pm@gmail.com 

Tw: @AutorGuerra


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