Desde adentro




Amilanado, desguanzado, lánguido, distraído, cabizbajo, con los párpados a media asta… Nada parece motivarte, animarte, entusiasmarte; ni las navidades que vienen, ni las posadas, ni la posibilidad de salir al fin en contra de este encierro maldito del Covid; ni el fin de año, ni el aguinaldo que viene, ni la posibilidad de hacer compras.

Cansado, triste, agotado, no sientes esa chispa cuando se acerca tu peor es nada, tampoco sientes nada cuando te habla bonito, no estás emocionado, no estás motivado, animado; algo te pasa, algo que dejó el Covid, probablemente, algo que te dejó esta crisis económica que trajo el Covid.

Ver a tus hermanos que migran de Centroamérica y que se quedan en México atorados, que llegan a Estados Unidos y los regresan, a los hermanos cubanos que claman por su libertad, a las personas que padecen… Parece una avalancha, sí, es una avalancha de malas noticias, es una avalancha de pesares, una avalancha de malos pensamientos, de malas vibras como dicen ahora, de mala energía o de energía negativa.

Y tú luchas todos los días contra esa fiereza de la gravedad que te impide o que lucha por impedirte levantarte de la cama a las seis de la mañana para irte a trabajar, como cada día, para ir a ganar ese sueldo que paga la renta, que paga el gas, que paga el agua, que paga el colegio de los niños, que trae para llenar el refrigerador, o medio llenarlo o cada vez llenarlo en menor medida.

Esa lucha constante por seguir adelante, sin haber encontrado el sentido, sin algo que verdaderamente te haga vibrar, que te haga sentir esa pasión que recuerdas que antes tenías cuando eras más joven, cuando eras apenas un novicio, un novato saliendo de la preparatoria, saliendo de la escuela profesional, cuando te emocionaba ver a tu pareja y sentías mariposas en el estómago, cuando te emocionaba que iba a llegar el bono, que iba a llegar el aguinaldo, cuando te emocionaban esas caras y esas sonrisas de tus hijos, de tus padres, de tus hermanos.

Luchas todos los días por esta increíble e indescriptible fuerza que te arrastra a estar plano, a sentirte neutro, a sentirte marchito, y completamente gris. Parece ser que en plena era de la información, todo conspira en tu contra para hacerte sentir peor, al contrario de cómo se supone debería de ser, con esas endorfinas que provienen de los likes en el Facebook, de los corazoncitos rojos en las otras redes sociales, parece ser que no encuentras ese destino que tanto has buscado, que tanto te has empeñado por tanto tiempo.

Es el momento de apelar a tus entrañas, de verdaderamente ver que es lo que tienes adentro y construir con una voluntad que no creías capaz de tener, algo diferente, poder sentirte parte de una nueva realidad en donde puedes generar efectivamente un cambio en tu entorno, un cambio en el sistema, un cambio a todo lo que te rodea, para que puedas otra vez sentir esas mariposas en el estómago que te emocionaban, que te hacían sentir vivo, que te hacían sentir adrenalina y cosquillas en el duodeno. Puede ser que lo peor haya pasado y sea momento de recomenzar. ¿Tienes con qué generarlo?

Twitter: @avillalva_

Facebook: Alfonso Villalva P.



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