Confrontación, desastre con Covid

La insurrección del gobierno municipal de Veracruz desde el inicio de la emergencia sanitaria, cuando en marzo se alentó para que se tomaran medidas pertinentes y evitar en menor medida los contagios en la zona y el estado, pero también la falta de un gobierno estatal enérgico que hiciera valer la autoridad, aún con la oposición de este tipo de alcaldes, provocó la dramática expansión del virus en la conurbación Veracruz-Boca del Río o al menos una mayor contención.

Los números ubican al puerto en el primer lugar hasta ayer con 3 mil 156 casos y 458 muertos, además es una de las primeras diez ciudades con mayor incidencia por el coronavirus. La entidad es el quinto a nivel nacional en las estadísticas de enfermedades y las cifras mortales también.

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El estado con 8 millones de habitantes tiene más de 9 mil 700 casos positivos y más de mil 500 muertos, es decir la tercera parte en una sola ciudad como Veracruz.

El hecho es que las medidas restrictivas no se tomaron a tiempo, se dejó correr y se tomó a la ligera la presencia del virus, y hoy, es el centro del estado el más complicado en la expansión de la enfermedad.

Ante la falta de acciones concretas de la autoridad municipal con la complacencia de comercios abiertos a pesar de no ser los llamados “esenciales”, restaurantes y negocios en colonias, de igual forma permitidos y con nula supervisión, protocolos tardíos en los mercados, han contribuido a un imparable contagio.

Este lunes el gobierno del Estado a través de Protección Civil inició con operativos en el centro del puerto de Veracruz para exhortar a los comerciantes establecidos principalmente en el Centro Histórico y avenidas aledañas a mercados, los sitios de mayor concurrencia de la población, a que no abran sus puertas si no son de necesidad apremiante para el consumo de los veracruzanos.

El acompañamiento del jefe de comercio del municipio, Jesús Sáenz Barrada parece haberlo hecho a regañadientes y fue quien informó de las acciones estatales:

“Se les está invitando a que dejen de laborar debido a que seguimos en color rojo, de máximo riesgo. Les están dando 24 horas para que el martes no laboren. En caso de reincidencia habrá sanciones de las autoridades estatales”.

Mientras tanto, la primera autoridad, el alcalde porteño y jefe de este funcionario, Fernando Yunes Márquez seguía echando chispas por la presencia de la autoridad, y en una queja sistemática de las acciones estatales y la falta de coordinación, la cual recae en ambas partes.

Su principal molestia es el por qué Boca del Río sí tiene permitido la reapertura de negocios y en Veracruz no se hizo de la misma forma.

“El operativo va a durar del 29 de junio al 3 de julio por eso se está invitando en la parte de Independencia, pero vamos a estar en otros puntos de la ciudad. Hay algunos abiertos porque son empresas esenciales y tiene carta de la Secretaría del Trabajo con la que acreditaron que son empresas esenciales y por eso seguirán trabajando”, según el servidor público municipal.

Lo cierto es que desde un inicio ambas instancias han sido tibias, y si esto continúa relajado, la propagación será de alto nivel.

No obstante, por otro lado, es cierto que el sentir no sólo de quienes poseen una micro o mediana empresa, sino entre los mismos consumidores y obviamente, por los empleos que se han suspendido para cientos y miles de veracruzanos, es que ya es momento de regresar a las actividades en aparente “normalidad”.

Otros expresan que el aprendizaje ya ha sido suficiente, para adoptar las medidas necesarias y cuidarse de los contagios, la verdad es que esa conciencia y cultura no fue de la gran mayoría, y quienes se quedaron en casa, acatando la medida de resguardo, también requerirán ahora de aprender a convivir con la realidad y asumir las normas y recomendaciones para que no sean víctimas de la epidemia.