Por qué necesitamos contacto con la naturaleza
Aunque hayamos transformado todo nuestro entorno para parecer que no es así, los humanos necesitamos estar en constante contacto con la naturaleza. Actualmente, en México hay ciudades en donde se pueden apreciar las imponentes edificaciones de cientos de metros de alto pero a sus alrededores se ve muy poco –o nada– de flora y fauna. Incluso hay quienes viven a varios kilómetros de distancia del parque más cercano, lo cual tiene efectos muy sutiles pero duraderos en la salud física y emocional. No solo los niveles de contaminación ambiental aumentan en la medida en la que las zonas verdes decrecen, sino que también puede desarrollarse falta de concentración, ansiedad, estrés e irritabilidad: todos síntomas del “Síndrome por Déficit de Naturaleza”.
La naturaleza sigue dentro de nosotros
Hace no más de 6,000 años comenzamos a vivir en casas, lo que se fue transformando en comunidades, y eventualmente en ciudades. Viendo la imagen completa, esto representa tan solo unos segundos en la historia evolutiva de la humanidad; estamos diseñados para prosperar en la naturaleza. No debería sorprendernos saber que se ha demostrado que tan solo 50 minutos de exposición a espacios naturales ayudan a disminuir el estrés, la ansiedad y la depresión. Si bien la vida es más cómoda cuando nos rodeamos de la infraestructura y la tecnología tan distintivas de nuestros tiempos, no podemos perder de vista que esto nos aparta de nuestro hábitat natural. En una época donde la tendencia apunta a una separación aún mayor de las personas y la naturaleza, debemos de encontrar formas de traerla a nosotros.
Necesitamos naturaleza
Como ya se mencionó, las distancias son tan solo uno de los muchos impedimentos que nos detienen de disfrutar de un tiempo de calidad en espacios naturales. El medio de transporte, el tiempo del que disponemos, la disposición de separarnos de la comodidad:todas estas son variables que nos limitan y por eso debemos encontrar la forma de traer la naturaleza a nuestros hogares.
¿Qué hacer?
Por fortuna, hay muchas formas de hacerlo: tener plantas en casa, comer más frutas y verduras, inhalar aceites esenciales, incluso escuchando sonidos propios de la naturaleza; metafóricamente hablando, si la montaña no viene a nosotros, nosotros podemos ir a la montaña. Plataformas como tree.fm nos ofrecen sonidos que nos harán sentir como si estuviéramos en un bosque, escuchando los ríos fluir y a los pájaros cantar.
No hemos de subestimar el poder de dichos sonidos; cada una de nuestras células recuerda el largo periodo de tiempo que pasó evolucionando rodeada de éstos. Al escucharles atentamente, nos estamos dando permiso de alejarnos de la presión que la vida moderna puede tener sobre nosotros. Así, le damos un mensaje muy claro al cuerpo: es momento de relajarnos, todo está bien, estamos en casa.