Estados Unidos | 2024-11-26
A lo largo de su campaña, el ahora presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amagó con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si no se frenaba la migración irregular y el tráfico de fentanilo hacia su país; este 25 de noviembre, el magnate ´oficializó´ la medida en su red Truth Social, lo que ya generó una respuesta por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
"El 20 de enero, como una de mis primeras órdenes ejecutivas, firmaré todos los documentos necesarios para imponer a México y Canadá un arancel del 25% sobre TODOS los productos que entren a Estados Unidos, y sus ridículas fronteras abiertas...
Tanto México como Canadá tienen el derecho y el poder absolutos para resolver fácilmente este problema que lleva tanto tiempo latente. Exigimos que utilicen este poder y hasta que lo hagan, ¡es hora de que paguen un precio muy alto!", dijo el próximo presidente estadounidense.
En respuesta, la mandataria dio a conocer en La Mañanera que México ha desarrollado una política integral para atender la migración, además de que recordó que en nuestro país también ingresa fentanilo de manera ilegal. Finalmente sentenció:
"No es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos, se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos. A un arancel vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes", dijo en una carta que enviará hoy mismo al presidente electo.
Aquí hay algunos de los principales bienes de consumo que los estadounidenses compran a sus vecinos del norte y del sur que podrían encarecerse si Trump avanza con su plan de aranceles:
El petróleo crudo, que se refina para producir gasolina y aceite de calefacción, es una de las principales importaciones de EE.UU. desde Canadá. En julio alcanzó un récord de 4,3 millones de barriles por día tras la expansión del oleoducto Trans Mountain de Canadá, según datos de la Administración de Información Energética de EE.UU.
La expansión ha permitido disponer de más petróleo para refinar en gran parte de la costa oeste además del medio oeste, su destino principal en el pasado.
"No se puede procesar otro petróleo de la noche a la mañana. Tomaría inversiones y años. Más suministro de EE.UU. no ayudaría", dijo Patrick De Haan, jefe de análisis de petróleo de GasBuddy, en una publicación en X.
El arancel del 25% que Trump propuso tendría "enorme impacto" en los precios de la gasolina, lo que equivaldría a un aumento de entre 25 a 75 centavos por galón, dijo. Eso impactaría más directamente a los estadounidenses ubicados alrededor de los Grandes Lagos, el Medio Oeste y las Montañas Rocosas.
Trump ha propuesto aumentar las concesiones de permisos de petróleo estadounidenses, pero tomará tiempo que ese suministro se active para reemplazar el petróleo de Canadá.
Y no está claro que las empresas energéticas de EE.UU. quieran aumentar significativamente su producción de petróleo: la demanda global está disminuyendo, y las ganancias de la perforación intensificada serían más difíciles de obtener.
A medida que el cambio climático perjudicó las condiciones de cultivo en distintas partes de Estados Unidos, el país se ha vuelto más dependiente de México para la obtención de productos agrícolas.
En 2022, EE.UU. importó productos agrícolas de México por valor de US$ 44.100 millones, lo que equivale a una quinta parte de todos los productos agrícolas de EE.UU., según datos del Departamento de Comercio.
Por ejemplo, el 90% de los aguacates que los estadounidenses consumieron en 2022 fueron importados. Del total de aguacates importados a EE.UU., el 89% provino de México. Dicho de otra manera, los precios de tu guacamole y de tu tostada de aguacate podrían dispararse si se imponen aranceles del 25% a México.
Estados Unidos importó vehículos de México por valor de US$ 130.000 millones en 2023, convirtiéndolo en el principal bien que EE.UU. importa del país latinoamericano, según la base de datos de comercio internacional de las Naciones Unidas.
Mientras los fabricantes de automóviles buscaban evitar los aranceles impuestos a bienes chinos, muchos trasladaron su producción a México, convirtiéndolo en un centro global para fábricas de automóviles, incluidas General Motors, Ford, Stellantis y casi una docena más.
Prácticamente todos los fabricantes de automóviles estadounidenses dependen de piezas de México para construir sus autos o camiones, porque esas piezas pueden ser sustancialmente más baratas que las fabricadas en EE.UU. Pero un arancel del 25% probablemente cambiaría la situación.